Muestra de Monica Potenza, Esteban Rivero, Catalina Schliebener, Jorge Opazo.
Este proyecto nos convoca a reflexionar sobre la potencia conceptual y psicoanalítica del Pop Art, o podríamos nominarlo: "Neo-Pop Psicológico Latino". En esta exposición se hacen presentes los procedimientos estéticos introducidos por los movimientos pop internacionales de la década del 60, investigados teóricamente por Oscar Masotta, ensayista avant garde iniciador de las lecturas de Lacan en Buenos Aires en la época dorada de los sixties. Destaco la mirada de Masotta en esta asociación entre psicoanálisis y apropiaciones culturales de los medios masivos de comunicación como una estrategia conceptual que se delinea en estas obras. En el Proyecto Cubo la idea curatorial de Néstor Zonana, director de Pabellón 4, se articula como una hipótesis de investigación sobre el pop desde los años 60 y 90 hasta este siglo XXI año 2009, en pleno Paradigma Digital, donde se retoma una tesis existencial sobe la cultura mediática. Los artistas y las obras seleccionadas nos llevan a pensar y sentir el imaginario mediático de la infancia, ese periodo vital de construcción de sujeto, donde los valores sobre la ética de vida se construyen estructuralmente. Desde diferentes perspectivas estas obras se hermanan en una mirada no inocente, humorística, oscura, romántica y trágica sobre la infancia. La orfandad de Dumbo, el hermetismo de Ironman, los héroes suburbanos y la inquietante idea de familia feliz se trastocan en la imposibilidad de lo normal y saludable. Y como en las películas de Wes Anderson y en la obra plástica y literaria de Tim Burton "La melancólica muerte del niño ostra", descubrimos que en el universo rosado y multicolor de la animación y el comic también se narran las tragedias humanas.
atalina Schliebener: las obras de esta artista y su compañero Opazo crean la primera pareja de deconstrucción del modelo Disney-Marvel. La obra de Schliebener problematiza la estructura de la iconografía familiar Disney. Desde los procedimientos de sustracción, corte y elisión sobre la orfandad de Dumbo, Pinocho y el hijo dilecto de Disney: Mickey, construye collages e instalaciones. Estos personajes son los protagonistas de procesos de apropiación y extrañamiento. Sus piezas delinean la ternura maternal doméstica mientras cortan como cirugía los bordes eróticos de estas figuras infantiles. En su serie el "Niño conejo", "Super niños" y "Ratonera", los bordes pulsionales como la boca y las narices se manifiestan como territorio libidinal. Estos agujeros y vacíos recomponen el lado inquietante de la infancia, citando generaciones anteriores y míticas de dibujos animados desde Mickey a Toy Story. En sus foto-performances de Buzz Lightyear y el Hombre Araña los niños se paran como voyaeurs televisivos y a su vez protagonizan escenas de miedo, violencia, erotismo o abandono. Estas emociones se manifiestan en capas de veladura de ternura y preciosismo como factura de trabajo, a la vez que toda su obra crea un refugio posible a salvo de estos inquietantes fantasmas infantiles. Sus obras entran en red con Kara Walker, Laurie Simmons y Liliana Porter.Jorge Opazo: junto con la obra de Catalina la obra de Opazo aparece como complementaria, ya que sus trabajos son preguntas sobre la construcción de la masculinidad y el héroe. Su galería de protagonistas es conceptual: Ironman, Hulk, El Eternauta, Sr. Spock. Su obra, en forma borgeana, se pregunta por el hacedor y su criatura como en Frankenstein de Mary Shelley. El dibujante que se delinea a sí mismo como un héroe trágico y con rasgos humanos demasiado humanos. Entre las preguntas por la orfandad, lo monstruoso y la locura sus criaturas presentan quiebres éticos. En la noche de un negro de tinta china nacen sus constelaciones de planetas y seres mutantes, hombres divididos por sus propios fantasmas internos. En su comic Planeta Cero como en sus performances, la máscara hermética del héroe o el robot cubren la ausencia trágica de la felicidad. Sus obras entran en red con Richard Prince, Raymond Pettibon, Mike Kelley, Paul MacCarthy y Carlos Huffman.
Esteban Rivero: la segunda pareja de artistas de este proyecto es Potenza-Rivero. En esta galería de superhéroes el artista crea un agudo retrato de las características del contexto local argentino. El suburbio de Bs As y su violencia comienza a percibirse en su serie Poder Urbano, deconstruyendo a través de su pintura la dialéctica Héroe-Villano. Como en las fotos de Marcos López o en las películas de Pablo Trapero como "El bonaerense" o "Familia rodante", los personajes familiares y barriales de Rivero se potencian como retratos de época sobre un estado de tragedia urbana paródica. En red con México y los videoclips de Molotov o los dibujos animados como Mucha Lucha donde aparecen luchadores enmascarados, sus pinturas abren el debate sobre la tensión justiciera y violencia entre el delincuente y su víctima. Este cuestionamiento ético lo acerca a las fotos de Ananke Asseff y a la película "Una historia violenta" de David Cronenberg. Cuando humorísticamente reconocemos en sus cuadros a su propia familia, Rivero en ese gesto recupera la fuerza heroica y bizarra del hombre común que señala la injusticia diaria e intenta frenar su avance. Sus mujeres, como en "Kill Bill" de Tarantino, crean un nuevo paradigma de heroínas femeninas.
Mónica Potenza: esta artista junto con Rivero problematiza el ideal de felicidad familiar desde la perspectiva femenina. Desde la comida como territorio simbólico afectivo la artista desarma el ideal de perfección mediática y señala el inquietante mundo de la felicidad imposible en la cena y el almuerzo familiar. Siguiendo a Marta Rosler y Rosemarie Trockel sus obras cuestionan el reino de la cocina como territorio de armonía doméstica. En consonancia con Tim Burton en "Marte ataca" sólo los antihéroes vulnerables y románticos pueden salvarnos de la invasión capitalista de un "american dream" fracasado. Un aire fantasmal aparece en sus maravillosos cuadros como en las instalaciones de Eulalia Valldosera, donde el paraíso femenino se ha perdido en busca de un nuevo lugar para la mujer.
Fabiana Barreda